Columna de opinión:

No vengo a vender, vengo a regalar: la permanente batalla contra las fórmulas infantiles

[OPINIÓN Deborah Navarro] No vengo a vender, vengo a regalar.

En la última Asamblea Mundial de la Salud (AMS), el gobierno de Estados Unidos se opuso a una nueva resolución que apoya la lactancia materna en países en situación de crisis, como guerras, epidemias, sequías, dando su respaldo al uso de leches de fórmula. La postura estadounidense, en línea con las presiones que la industria alimentaria ha intentado imponer hace años, es analizada en la siguiente columna de opinión por la estudiante de doctorado de la Escuela de Salud Pública, Deborah Navarro.

Yo no vengo a vender, vengo a regalar. Similar a esta consigna, fueron los argumentos que usó Estados Unidos en la última Asamblea Mundial de la Salud (AMS), en Ginebra, realizada en mayo de este año en favor del uso de fórmulas lácteas infantiles, en desmedro de la leche materna.

Estados Unidos se opuso a una nueva resolución que incluye normas y guías de apoyo a madres lactantes en países en con situación de crisis, como guerras, epidemias, sequias, entre otros. El objetivo de esta resolución es apoyar la lactancia materna en emergencias y que así no disminuyan las tasas de lactancia materna.

No solo Estados Unidos se opuso a esta resolución, sino que también, se ha difundido en los medios, que presionó a Ecuador para que éste tampoco apoye la mencionada resolución. Esta resolución también hace mención al “Código Internacional de Mercadeo de Fórmulas Lácteas”, que la OMS adoptó en 1981, donde se restringe la distribución gratuita y marketing no ético de muestras de fórmulas lácteas a profesionales de la salud en clínicas y hospitales, con el fin de ser distribuidos a las puérperas y sus recién nacidos. El objetivo principal de este código es que las madres no pierdan la confianza en su habilidad de dar lactancia y no se sientan desincentivadas.

Activistas y promotores de lactancia materna quedaron impactados cuando esta información salió a la luz. Pero, no deberíamos estar sorprendidos por estas acciones de lobistas que quitan valor a la lactancia materna y son pro-industria alimentaria, solo tenemos que recordar que las empresas de fórmulas infantiles gastan en promedio $70 millones de dólares en marketing (dinero equivalente a la construcción de varios consultorios y hospitales, en Chile).

Se ha reportado que este año la empresa Nestlé aún sigue usando slogans publicitarios que son contradictorios al código de la OMS, donde no está permitido usar textos que “puedan idealizar el uso de fórmulas infantiles” o “desincentivar la lactancia materna”. Por ejemplo, los etiquetados nutricionales de fórmulas infantiles en los Estados Unidos dicen: “modeladas según la nutrición completa y gentil de la leche materna”. En China, la página web de Nestlé señala que las fórmulas infantiles son: “inspiradas por la leche humana”.

Más aún, hay que recordar que la importancia de la lactancia materna va más allá de la nutrición, desarrollo motor y cognitivo y salud en general del lactante. La promoción, apoyo y empoderamiento de la lactancia materna tiene que ser una estrategia de salud pública valorada globalmente, ya que la lactancia materna puede llegar a salvar más de 820 mil infantes cada año, 20 mil muertes de madres por hemorragias postparto y cáncer de mama. La mayoría de estas muertes ocurren en países donde no hay agua potable ni acceso adecuado a salud, por lo que la lactancia materna es una manera fácil y económica de prevenir estas muertes. En la actualidad, solo un 40 por ciento de lactantes menores de 6 meses mantienen una lactancia materna exclusiva.

Se debe dejar claro que la intención de la OMS y los profesionales de la salud no es demonizar a las madres que, por motivos particulares no pudieron dar lactancia materna, o simplemente decidieron optar por fórmulas. Pero es fundamental recalcar que la recomendación de la OMS es lactancia materna exclusiva por mínimo 6 meses, y luego lactancia materna junto con alimentación complementaria para el mejor desarrollo, crecimiento y nutrición de los lactantes.

Esta vez Estados Unidos no pudo influir con su lobby pro-fórmula, ya que Rusia (junto con Botsuana, Canadá, Gambia, Georgia, Ghana, Kenia, México, Mozambique, Namibia, Nepal, Pakistán, Panamá, Senegal, Sierra Leone, Sri Lanka, Tailandia y Zambia) se alzó en la Asamblea para proteger la lactancia materna, y como Estados Unidos actualmente evita los conflictos con Rusia, en esta ronda los lactantes ganaron.

Deborah Navarro
Estudiante del Doctorado en Salud Pública
Escuela de Salud Pública
UChile

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