Académico ESP gana Fondo Rector Juvenal Hernández Jaque

Académico ESP gana Fondo Rector Juvenal Hernández Jaque

“El libro está dirigido a quienes suponen que hay problemas en la salud pública. Quienes piensan que la salud pública está bien, no lo lean, porque se van a ganar un dolor de cabeza, pero sí aquellos que tienen dudas, encuentran inconsistencias relevantes y se preguntan por qué tales temas y autores no se consideran parte de salud pública. No van a encontrar soluciones, más bien hebras, caminos a construir. El principal aporte que podría pretender este libro es el ánimo de decir hay otras epidemiologías imaginables, no se desesperen, no nos entristezcamos. No aceptemos esas radicales oposiciones entre sujeto y objeto, naturaleza y, sociedad; intentamos decir que la imaginación es un componente esencial en el mundo contemporáneo”, destaca el Dr. Yuri Carvajal.

Y agrega que: “la principal afirmación que subyace al libro es que no existe lo autónomo, las ciencias no lo son, están mezcladas con cuestiones políticas, históricas, valóricos. Las artes tampoco lo son. La política está en todas partes, llena a su vez de economía, de valores, de personas y afectos. El libro intenta decir que la salud pública sí tiene un campo propio, la enfermedad, pero solo si esta última se comprende no como un objeto autónomo, sino como un encuentro de distintos discursos más allá del sentido de las palabras: tecnologías, ciencia, prácticas, economías, cuestiones que tienen que ver con la ciencia, política, historia y ahí se juegan los grandes problemas que, si seguimos limitándonos solo a la medicina o a la estadística, es poco lo que vamos a ver”.

El docente explica que “el título es una provocación, porque según el canon la epidemiología no puede ser imaginable, al contrario es real, está ahí, aterrizada, objetiva, científica. Entonces al decir son imaginables, estamos abriendo las posibilidades para otros estudios de la enfermedad, que también pueden ser llamados legítimamente epidemiologías. Por ejemplo, la construcción de públicos en el sentido de Dewey y las economizaciones, palabra áspera que intenta describir la economía no como una cosa, sino como un proceso de transformación de fenómenos que no son económicos en problemas económicos. Esto último me parece relevante, porque cada vez las enfermedades están siendo tratadas como materia económica, precios, mercados, escasez. En el libro hablo de ‘tres i’ que ha enfrentado la salud pública: incertidumbre, indeterminación e irreducciones. Seguimos pensando en un mundo que está determinado, en un mundo de certidumbre y reductible. La propuesta es pensar nuevas epidemiologías que sepan dialogar con estas dimensiones que hoy no están en el centro de la comprensión de la enfermedad como un hecho colectivo, híbrido”.

Afirma estar “contento porque ganamos un concurso que no está particularmente dirigido hacia la aventura intelectual. Lo ganamos con ideas reiventadas por varias décadas en un trabajo artesanal de Jorge y mías. Es una afortunada coincidencia entre personas con historias distintas, pero a la vez muy próximas, por eso separamos capítulos de la autoría, pero el texto tiene unidad. Es un libro raro, científicamente personal, con ideas cultivadas en nuestros invernaderos intelectuales y que ahora salen a campo abierto.

Sobre las temáticas que desarrolla el libro, el doctor afirma: “tomo un par de ejemplos en estadísticas vitales y el desarrollo del programa de cáncer infantil para mostrar cómo un análisis heterodoxo puede ser más fecundo. Hablo de estadísticas, porque sostengo que cuando debates con números es tramposo, porque tienes una postura fuerte con datos duros y el interlocutor queda debilitado. Como, por ejemplo, cuando los pacientes dicen: ¿por qué tal tema no se incorporó en las Garantías Explícitas en Salud (GES)? Respuesta: Porque el algoritmo de priorización de acuerdo a los datos duros arrojó esto y usted no está. Entonces eso impide un diálogo democrático, porque no se puede amparar en los números, porque es como ir a un duelo con un tanque. Intento compensar eso, comprender qué son las estadísticas y los números y por qué su fortaleza es tan obvia”.

Y continúa: “El programa público actual de cáncer infantil surgió a partir del GOPECH (y en verdad antes) de un grupo de hematólogos, pediatras, oncólogos del Servicio Nacional de Salud, que comenzó a trabajar durante la dictadura y logró que el tratamiento fuera gratuito. Eso es valórico por la solidaridad que despliega. Me pregunto cómo fue posible bajo una dictadura lograrlo. Hoy es parte del GES porque ya estaba el precedente. Uso las teorías de Bruno Latour, Michel Foucault y Hannah Arendt para desarrollar esta comprensión. De este punto de vista, quienes implementaron ese programa no sólo hacen medicina, también política y economía solidaria, de manera exitosa”.

Jorge Gaete, co-autor del libro y miembro del equipo editorial del la Revista Chilena de Salud Pública, examina en el texto lo que fue el encuentro de la sociología con la salud pública en los años ’60, como la salud comunitaria, proyectos de medicina preventiva integrada a las clínicas, etc. “En los ‘60 se pensó de una determinada manera el vínculo entre las ciencias sociales y la salud pública, dialogar con ellas para imaginar otras formas es imprescindible. Se juega aquí otra de mis obsesiones: provocar encuentros generacionales, que no se pierda el hilo de lo que ha sido la anterior, por eso me tomo de Hugo Behm y alguien que me parece totalmente actual como es Naomar de Almeida”, explica el Dr. Carvajal.

En junio-julio de 2015, “Epidemiologías imaginables. Públicos, técnicas y economizaciones en salud pública” estará a la venta en Editorial Universitaria. “El prólogo lo escribirá Iván da Costa Márques, brasileño y doctor en ingeniería, editor del libro Beyond Imported Magic de MIT Press, buscando un diálogo con el campo de estudios de ciencia y tecnología latinoamericanos. La portada la hará la diseñadora chilena Leslie Leppe, explorando también estéticas imaginables”.

Finalmente, el académico reclama que “en la evaluación académica los libros tienen menos valor que los artículos. Tu identidad intelectual actual no está en los libros. Este texto es también un guiño a la importancia de los libros por sobre los artículos. Al menos nosotros creemos en la audacia y el riesgo que contienen estos mensajes lanzados al mar de las ideas”.

Sandra Vargas Bravo

Últimas noticias