Desafíos en trasplantes de órganos

Desafíos en trasplantes de órganos

Dr. Miguel Kottow
Jefe Unidad Bioética Escuela de Salud Pública

El Ministerio de Salud inicia una campaña para aumentar el número de órganos disponibles para trasplante, preocupado porque a la fecha hay 1.825 pacientes en lista de espera, habiéndose obtenido solo 86 donantes para 235 trasplantes (65% multiorgánicos). El tema preocupa más aún al leer el documento “Datos de Donantes de Órganos y Receptores, 2014”, según el cual, en ese año, hubo 123 donantes, 20 más que en 2013, pero menos que en 9 años anteriores.

La Ley 20673 de 2013 afirma la donación presunta, con lo cual los órganos de todo fallecido que no haya expresamente documentado su negativa a ser donante, serían un bien común que la sociedad, legítimamente, puede rescatar en beneficio de receptores necesitados. No obstante, el 52% de familiares consultados negaron la donación, la más alta cifra registrada y que es muy superior al 40% de negativa familiar informado internacionalmente. Es cierto que la ley establece la consulta de los familiares en caso de “duda de la última voluntad de fallecido”, pero entonces la “Ley del donante universal” como se titula formalmente, no es tal.

En 2014, Chile tuvo una tasa de 7 donantes por millón de habitantes, pero hay que relevar que en 2006 fue de 10. Por lo que es importante revisar más profundamente en qué estamos fallando, qué debiésemos mejorar y cuáles son las políticas públicas exitosas en el mundo que debiésemos adaptar. Los ejemplos están a la mano: España ostenta la tasa más alta superando los 35 donantes por millón; Estados Unidos, alcanza el 26.6 y la Unión Europea, 19.6.

Con esta tendencia entre recesiva y estancada, cabe preguntarse si acaso una campaña para sensibilizar a las familias va a modificar las decisiones en las circunstancias en que urge tomarlas. Una vez más, los afanes promocionales no parecen haber sido precedidos de una reflexión a fondo, frente a un problema que va en aumento por cuanto las indicaciones para ser receptor son más amplias, a medida que la medicina logra una compensación provisoria con cuidados intensivos, diálisis, mayor sobrevida de enfermos crónicos.

La sociología clásica (Marcel Mauss) estudió el ritual del don que no es un regalo gratuito, es un obsequio que compromete a retribuir eventualmente lo recibido. Esto se contrapone a nuestra ética contemporánea que condena cualquier incentivo para el donante, a pesar que la cadena de extracción, conservación, traslado, trasplante quirúrgico y cuidados medicamentosos posteriores tienen componentes de lucro que terminan por encarecer el trasplante para el receptor.

Los órganos son materia escasa y preciosa que no pueden dilapidarse por insuficiencias y debilidades de la compleja y multifacética cadena que lleva los órganos del fallecido al receptor, quien puede ser uno que recibe varios órganos, o varios que reciben alguno de los órganos de un mismo donante. Cabe destacar que el trasplante multiorgánico requiere un adicional refinamiento técnico de coordinación.

La negativa a donar por parte de las familias es el motivo más visible para la escasez de órganos, pero sería preciso indagar si es la más relevante y acaso efectivamente es susceptible de modificación con una campaña de promoción como la iniciada iniciada en estos días. España ha explicado sus altas tasas como producto de un elaborado compromiso de gestión, teniendo “la persona adecuada en el sitio adecuado y en el momento adecuado".

Es de esperar que Minsal haya analizado razones y motivos que explican nuestra insuficiente “medicina del trasplante”, y que aborde la búsqueda de soluciones con la debida e informada prioridad. Y que se haya considerado que la promoción de cambios culturales es laboriosa y a largo plazo para enfrentar un problema de salud pública de indudable urgencia.

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